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GRAN CANARIA. Toda una experiencia

Desde el norte más fresco hasta el soleado sur, Gran Canaria presume de una diversidad paisajística que le ha hecho merecedora del apelativo de Continente en miniatura. En una sola jornada es posible pasar de la costa cálida a zonas templadas de medianías, atravesar valles y bosques subtropicales o alcanzar cumbres.

Todo gracias a la presencia de los vientos alisios, las corrientes marinas y a su peculiar orografía.

365 días de playa

La isla cuenta con una enorme riqueza natural, en la que sobresalen sus espléndidas playas, en su mayoría de arena rubia, algunas de las cuales son únicas en el mundo. El clima templado y la agradable temperatura del agua permiten, además, que puedan ser disfrutadas en cualquier estación.

En torno a ellas se ha desarrollado una intensa actividad relacionada con el ocio marítimo: pesca de altura, navegación, submarinismo o, entre otros, windsurf. Bien sea en el sur –en Pozo Izquierdo, Playa del Inglés, Maspalomas o Mogán–, hasta la parte norte –en Bañaderos y Sardina–, todo eso y mucho más es posible. Y en la capital, Las Palmas de Gran Canaria, Las Canteras, una larga lengua de arena de varios kilómetros que se extiende por la bahía, quizás sea una de las mejores playas urbanas del país.

reserva de la biosfera

Además de sol y arena, Gran Canaria posee otros recursos naturales que convierten a la isla en un enclave idóneo para disfrutar del contacto con la naturaleza. Desde paseos por rincones de gran belleza a la práctica de deportes de aventura, pasando por la simple contemplación de cientos de especies endémicas y únicas en el mundo, un paraíso para aquellos que buscan satisfacer sus necesidades de contacto con la Madre Naturaleza.

Esta riqueza, con casi el 43% de su territorio protegido, ha favorecido que gran parte de Gran Canaria haya sido declarada Reserva Mundial de la Biosfera por la Unesco. Se trata de un parque abierto que guarda el tesoro de plantas y flores que crecieron de forma independiente a la del resto del globo; un mundo natural que se ha desarrollado a su aire durante siglos, entre los cambiantes relieves de la isla. Y es en esto precisamente, en su relieve y su especial configuración geomorfológica, donde reside otra de sus particularidades.

Sobre este escenario se ha desarrollado una oferta de turismo de naturaleza igualmente marcada por el profundo respeto al entorno, como es la Red de casas rurales centenarias y rehabilitadas o el abanico de actividades de ocio que va desde los deportes de riesgo, como la escalada, hasta el senderismo, a través de una red de Caminos Reales recuperados al tránsito y que forman parte del rico patrimonio histórico y cultural de la isla.
 

Una inmensa caldera de hundimiento, la Caldera de Tejeda, domina el centro de la isla, y despliega a su vez una red de drenaje de aguas pluviales que recorren los barrancos y serpentean hasta llegar al mar. 

déjate mimar...

Los primeros turistas que acudían a Gran Canaria, en torno a la segunda mitad del siglo XIX, pertenecían al llamado turismo de salud. A día de hoy, mantiene su prestigio en materia de relax, para lo que ha desarrollado una amplia oferta. Pero no solo sus centros especializados le confieren la condición de ser un destino de turismo de salud, sino que la isla entera es un paraíso para olvidarse del estrés y del cansancio. Basta con los terapéuticos paseos por sus extensas playas de arena dorada, con los baños en sus cristalinas y templadas aguas de mar cargadas de yodo, sodio y otros elementos beneficiosos para el cuerpo, y con el contacto con una oxigenante naturaleza, que inevitablemente nos invita a relajarnos.

golf todo el año

El turismo de golf tiene aquí su escenario perfecto gracias a una clara ventaja con respecto a otros destinos del mundo: el clima y la posibilidad de practicarlo los 365 días del año. Dispone de ocho magníficos campos repartidos a lo largo de su territorio, pero ubicados en un radio que no supera los 50 km, posibilitando la combinación de diferentes instalaciones con desplazamientos cortos.

variado patrimonio

Por otra parte, cabe reseñar el interesante patrimonio de las comunidades prehispánicas. Para descubrir todo este mundo antiguo conviene acercarse al Museo Canario, en la capital, y al Parque Arqueológico de la Cueva Pintada, en Gáldar. Este último permitirá conocer los restos de la antigua comunidad de Agáldar, abiertos y acondicionados al público tras más de 20 años de trabajos de excavación.

Además, en cada pequeño pueblo asoman retazos que nos hablan del legado que las distintas generaciones de isleños nos han regalado. Un pasado que mezcla cinco siglos de historia y que hizo de prólogo a los viajes de Colón y a la expansión de España en el continente americano. Hay, por ejemplo, aromas de ese tiempo de viajeros en las calles estrechas del casco de Vegueta, un barrio nacido en el siglo XV, que hoy zigzaguea hasta llegar a los pies de piedra de la Catedral.

verdadera fusión

En Gran Canaria hay que dedicar un rato a conocer la llamada cocina de los momentos alegres, su gastronomía. Para ello hay que seguir el camino que inician los enyesques (los aperitivos). Luego, un buen primer plato: un caldo de pescado o un potaje de berros. Después será el momento de disfrutar, por ejemplo, de una dorada acompañada con papas arrugadas o un sancocho, sin desechar la opción de la carne, excusa perfecta para contar con la compañía imprescindible de algún vino de la Denominación de Origen Gran Canaria. Y como final, un postre con bienmesabe, la receta de almendra que endulza los platos de los restaurantes de media isla.
 

 

 

 

 

 


 

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