Cada año el célebre escritor norteamericano Ernest Hemingway, premio Nobel de literatura y considerado el Dios de Bronce la literatura de su país, revive y navega por las aguas del litoral de Cuba, como lo hizo siempre en su mítica embarcación Pilar, con la que el mismo fundó hace 68 años un Torneo para la Pesca de la Aguja.
Pudiera parecer un petulancia o un orgullo grandilocuente, pero el hecho es cierto, La Habana, Cuba fue hace casi una centuria el epicentro de los bares del mundo, el retablo perfecto para que cantineros, hoy llamados bartenders, hicieran derroche de creatividad, arte e ingenio con los licores y bebidas nacionales y de todas las latitudes, que con sus obras hicieron perdurable cocteles y tragos que alcanzaron amplia difusión y hoy se asientan en el catálogo de cubania que se ofrece como un legitima carta de presentación a visitantes y nativos.