Caminar, correr empujado por el viento, deslizarse con una tabla sobre las olas del mar, montar a caballo, sentir el sol, charlar... los rincones de la parte más occidental del Algarve parecen ideados para disfrutar de las cosas más sencillas. Y nos encanta porque esas son las más placenteras.
RELATOS VIAJEROS. Portugal con amigos
Hace un año hicimos un viaje a Portugal en coche con unos amigos. La primera parada fue Évora, un pueblecito muy interesante donde dar un agradable paseo viendo su templo romano y su asombrosa Capilla de los Huesos...
Hace un año hicimos un viaje a Portugal en coche con unos amigos. La primera parada fue Évora, un pueblecito muy interesante donde dar un agradable paseo viendo su templo romano y su asombrosa Capilla de los Huesos, que fue lo más sorprendente y curioso de todo el viaje, ya que su "decoración" son huesos y cráneos humanos.
El siguiente punto de nuestro recorrido fue Lisboa, donde pasamos un par de días comiendo bacalao de todas las maneras posibles. La cocina portuguesa es buenísima, sobre todo los platos de pescado, que es casi lo único que comimos en todo el viaje, además de los pastéis de Belém. Fuimos a probarlos a la pastelería original, que está en Belém y es visita obligada cuando viajas a Lisboa.
También estuvimos en Sintra. Aquí dimos un paseo por sus parques hasta el Palacio da Pena, un lugar sorprendente por sus colores y por el mobiliario y los utensilios que conserva en el interior.
Otro paseo interesante dentro del parque fue el que hicimos por el Castelo dos Mouros. Aunque se resisten un poco sus cuestas y escalones merece la pena por las vistas.
Ese mismo día por la tarde fuimos al Cabo da Roca, que es el punto mas occidental de la Península Ibérica. Sus acantilados son alucinantes y también la puesta de sol que pudimos ver desde allí.
Siguiendo hacia el norte pasamos un día en Coimbra y, aunque no tuvimos mucha suerte con el tiempo, pudimos visitar su famosa Universidad.
Y por fin llegamos a Oporto, que fue la ciudad que más nos gustó de todo el viaje. Pasamos un rato muy agradable visitando una de las conocidas bodegas que están en la orilla del Duero. También subimos a la Torre de los Clérigos, desde donde se puede ver toda la ciudad.
Nos gustó mucho en general, y una de las cosas que más recordamos es la experiencia de hacer el viaje en coche y con amigos, algo que recomendamos tanto como estos destinos.
Texto y fotos: Editorial Viajeros
La bella Lisboa se torna aún más bohemia a la luz de las farolas. Las noches de verano son idóneas para descubrir la capital portuguesa a través de sus barrios más activos y de aquellos donde la melancolía parece haberse instalado para siempre.
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