Segovia. Molino del Feo. Jardín del río. Revista Viajeros
Textos y fotos Lydia Rodríguez y Editorial Viajeros
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El Molino del Feo. Búsqueda de vestigios y encuentros de paz.

De feo tiene poco, como molino conserva la valiosa impronta cedida hace 200 años por un siglo nostálgicamente artesanal. En nuestro afán por descubrir trazas de aquella época y huellas de aquellos moradores, sin apenas darnos cuenta, hayamos otra joya de mayor valor, esa que se encuentra cuando menos se busca: una paz inesperada.

El Molino del Feo es un lugar donde perderte... cuando quieres volver a encontarte...

pisadas de otro tiempo

La memoria local habla del primer propietario del molino: El Feo, un apuesto molinero segoviano con un apodo desacertado. El lugar que visitamos hoy hereda su nombre y, por lo visto, tambien la paradoja. 

A pocos metros del molino, el Feo construyó un telar para dos de sus hijas dotadas con cierta habilidad para la costura. Aunque del telar no encontramos trazas, del molino pueden encontrarse muchos vestigios conservados y repartidos por la propiedad.

Los herederos del molinero vendieron la finca a una familia acomodada de Madrid y, desde que el molino perdió su actividad, la finca ha albergado a propietarios y visitantes muy diversos. Algunos reconocibles gracias al papel couché que, en algún momento, han necesitado un entorno dificil de encontrar, hasta guionistas que precisan paz y silencio para conseguir éxitos que muchos hemos podido ver en la pantalla. 

Segovia. Molino del Feo. Dibujo de las casas. Revista Viajeros
entre sabinas, fresnos y robles

Según recorremos sus tres hectáreas de bosques, Carlos -uno de sus propietarios- nos muestra rincones a los que ha etiquetado con curiosos nombres de curioso argumento. Rincones que también han servido como escenario de coquetas y exclusivas bodas.

Por supuesto, todo molino que se precie necesita de la fuerza del agua para funcionar... ¡Hasta la cocina...! literalmente y sin pedir permiso pasa el río arrollador, retador y demasiado provocador para una tarde de primavera segoviana.

A falta de conocer el espacio que nos dará alojamiento esta noche, ya estamos fascinados solo con esta exhibición de naturaleza concentrada en 30.000 m2 de latente bienestar.

eco-style

Nos encontramos ante la reconversión a descaso rural de dos edificios con capacidad para 13 personas. En la casa que en otro tiempo fue molino, se encuentran tres de las cinco habitaciones que ofrece el establecimiento, aquí también están ubicadas las zonas comunes, algo que la convierte en el eje de la actividad. El Telar, al ofrecer únicamente el resto de los dormitorios, queda limitado básicamente a zona de descanso.

Sobre nuestra cabeza y bajo nuestros pies, nos refugian techos y suelos de robusta madera de sabina, la misma que hemos visitado hoy y que abriga a todo este entorno. Y ante nuestra mirada perpleja, la evidencia de un gusto exquisito aplicado a cada centímetro de la casa, denotando una cuidada elección de cada detalle, además de un compromiso real con el medio ambiente.

Si se pone un poco de atención, no es dificil escuchar historias contadas por el crujir de la madera, historias de oficios duros y de artesanos olvidados, relatos de supervivencia y de enfrentamientos sin sentido. Esto sucede, sobre todo, cuando llega la noche, momento en el cual el silencio más absoluto, roto sutilmente por el sonido de la naturaleza y unido al hipnótico fuego de la chimenea, adquieren la capacidad de detener el tiempo. Aunque sólo sea por unos minutos, merece la pena este pequeño viaje de ida y vuelta para entender, apreciar y aprender a relativizar.

a los pies del parque natural sierra norte de Guadarrama

Su ubicación posibilita la realización de rutas de senderismo muy apetecibles, como visitar las Hoces del Río Duratón o del Río Riaza, el sabinar de Casla o las Cuevas de los Enebralejos.

Y aunque también hay opción de programar otro tipo de actividades al aire libre, como paseos a caballo, piragüismo o incluso vuelos en parapente y, además, pueblos tan especiales como Sepúlveda o Riaza se encuentran a poca distancia, una prueba importante cuando te alojas en un establecimiento de estas características, es el hecho de comprobar que pueden transcurrir las horas del día y de la noche sin apenas darte cuenta que existe un mundo para visitar fuera de los perímetros de la propiedad.

El Molino del feo no deja espacio al aburrimiento, de hecho, sólo hay una cosa de la que carece y es cobertura móvil pero, en este caso, lo hemos anotado en la columna de ventajas. 

 

No tenemos intención de haceros comulgar con ruedas de molino, aunque a nosotros no nos ha quedado más remedio que rendirnos a la conquista. Hemos convivido con su pasado y con su presente y, en línea con toda esta gran paradoja, hemos aterrizado en una reflexión:

¿En algún momento fue consciente el feo de haber creado algo tan bonito...?

Texto y fotos: Editorial Viajeros

Gran parte del sur de La Rioja está integrado en una Reserva de la Biosfera, lugares que destacan por la especial simbiosis del hombre con su entorno y donde eso del desarrollo sostenible es, simplemente, la forma natural y ancestral de relacionarse con la Naturaleza.

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