Galicia es tierra de meigas. Pero también de reinas, de leyendas y de historias que han pasado de generación en generación de forma oral hasta traer, a nuestros días, historias fantásticas de las que piden ser contadas alrededor de una lumbre o de una de las cocinas gallegas. Y qué mejor que acompañarlas por unas exquisitas filloas.
Durante nuestra visita, que bien se puede realizar durante un fin de semana, conocimos un castillo lleno de secretos y curiosidades que tiene el honor de ser el lugar donde se instaló la primera imprenta de toda Galicia.
Disfrutamos también con una pequeña caminata en un parque natural que destaca por su virginidad y que resultó la excusa perfecta para saborear alguno de los platos y vinos típicos del lugar. Reservamos tiempo para relajarnos en un spa mientras charlábamos sobre las singularidades del lugar y, finalmente, intentamos entender la intensidad que se esconde detrás de algunas de sus centenarias tradiciones.
Para irnos familiarizando con los topónimos, es bueno saber que Portas de Galicia –que realmente es una marca turística– aglutina las comarcas gallegas sudorientales de Verín y Viana, donde se encuadran doce ayuntamientos: Castrelo do Val, Cualedro, Laza, Oimbra, Riós, Vilardevós, A Gudiña, A Mezquita, Viana do Bolo, Vilariño de Conso, Monterrei y Verín.