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TERUEL. Por la Sierra de Albarracín

En el suroeste de la provincia de Teruel se alza como un destino perfecto para este otoño la Sierra de Albarracín. Alberga infinidad de paisajes, nacimientos de ríos, pinturas rupestres y pintorescos pueblos que guardan celosos su privilegiada naturaleza.

La Sierra de Albarracín es un derroche de naturaleza, que se manifiesta en infinitas formas: pinares, praderas, sabinares, cañones, profundos barrancos, lagunas y nacimientos de ríos como el Tajo, el Guadalaviar o el Cabriel. Además es una zona con interesantes restos de arte rupestre y una curiosa orografía formada hace miles de años. Una sucesión de paisajes increíbles que, unido al interés histórico y cultural, hace de esta zona una de las más bellas de España.

albarracín

Capital de la comarca, es uno de esos pueblos que no se pueden dejar de visitar. Declarada Monumento Nacional, su fisonomía está marcada por la orografía del terreno, ya que se levanta en una abrupta peña que ha recortado el río Guadalaviar, y por sus murallas, que fueron construidas en los siglos XIII y XIV y que culminan en el Castillo del Andador.

Todo Albarracín es una obra de arte: sus calles estrechas y serpenteantes que dejan ver casas antiguas y trasladan al Medievo; la Plaza Mayor, del siglo XVI, con sus balcones corridos de madera y el Ayuntamiento porticado; el Palacio Episcopal; los palacios de la Brigadiera, del Monteverde y Antillón, de los Dolz de Espejo...  Además, Albarracín conserva siete iglesias entre las que se encuentran la Catedral del siglo XVI con su importante tesoro; la iglesia de Santa María, que alberga una bella capilla; el Convento de las Dominicas, del siglo XVII, que guarda un curioso Cristo filipino; la Ermita del Cristo de la Vega que alberga una virgen románica del siglo XIII...

¡Todo Albarracín es una obra de arte!

Camino de Orihuela del Tremedal

Albarracín es un excelente punto de partida para realizar excursiones por la sierra. Una de ellas sale en dirección noroeste y, tras pasar por Torres de Albarracín, llega a Bronchales, situado en lo alto de un puerto y rodeado de pinares y fuentes, donde el ciervo es el protagonista de la fauna. Su iglesia de la Asunción y la ermita de Santa Bárbara merecen una visita.

A pocos kilómetros queda Orihuela del Tremedal, una de las localidades más importantes de la comarca repleta de casas solariegas que se adornan con bonitas rejas, blasones y aleros de madera. La iglesia barroca de San Millán con su virgen románica es una parada obligatoria, así como un paseo por los alrededores, donde la naturaleza sigue demostrando su belleza en esta zona.
 

en busca de fuentes

Otra de las rutas que se pueden realizar desde Albarracín es la que discurre hacia el oeste, en busca de una zona fecunda en nacimientos de ríos. Primero una parada en Calomarde, localidad rodeada de pinos en la que destaca su iglesia, que conserva inscripciones romanas en los sillares del ábside. Después llega Frías de Albarracín, donde el agua es la protagonista ya que dos de sus fuentes dan origen al río Tajo y al Cabriel. El tercer río que nace en esta sierra es el Guadalaviar, que nace en la cercana localidad del mismo nombre, donde sorprende su iglesia del siglo XVII con su imagen de Santiago Apóstol.

Magníficas vistas de la Vega del Tajo y del Guadalaviar y frondosos pinares con zonas de acampada acompañan en el trayecto hasta Griegos, donde se puede admirar una hermosa iglesia del siglo XVI dedicada al apóstol San Pedro.

la zona oriental: en busca del arte rupestre

La parte oriental de la Sierra de Albarracín es rica tanto a nivel geológico como por los restos de arte rupestre que alberga. Aquí se puede comprobar como las areniscas rojas formadas en el Triásico han pasado a adornar las casas solariegas y los palacios de los pueblos de los alrededores.

En la Zona del Rodeno, situada a sólo cuatro kilómetros de Albarracín, además de una espacio protegido de pinares, se encuentra, en sus abrigos rocosos, la mayor presencia de arte postpaleolítico en menos kilómetros cuadrados, con una gran variedad de estilos y figuras.

Antes de llegar a la localidad de Bezas merece la pena detenerse en Las Tajadas de Bezas, donde en tres abrigos cercanos se pueden ver desde representaciones esquemáticas hasta figuras antropomórficas y zoomórficas como dos hermosas ciervas blancas. Merece la pena detenerse en el Mirador de la Peña de la Cruz para contemplar el increíble paisaje.

Por último, si se está interesado en el arte rupestre no hay que perderse el Conjunto del Prado de Tormón, donde se ubican el abrigo de la Cerrada del Tío Jorge con su representación de un toro, el abrigo de las Cabras y el abrigo de la Paridera.

Ya de vuelta hacia Albarracín, si se dispone de tiempo, no está de más hacer una parada en Jabaloyas, con un bello y coqueto casco histórico en el que destaca la iglesia parroquial de los siglos XV y XVI, la ermita de la Virgen de los Dolores, de estilo gótico-mudéjar, y detalles de su arquitectura civil como la Casa de la Sirena.

La Sierra de Albarracín lo tiene todo. Espacios naturales, pueblos preciosos y rincones inolvidables. ¡Ya tienes una buena propuesta para este otoño!

 

 

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