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VALENCIA. Un fin de semana con los íberos (Moixent)

Si todavía no conoces la Bastida de Les Alcusses, en Valencia, este fin de semana tienes la oportunidad de visitarla de una manera especial aprovechando las VI Jornadas de puertas abiertas, que tendrán lugar el sábado 14 y el domingo 15 de septiembre.

Si todavía no conoces la Bastida de Les Alcusses, en Valencia, este fin de semana tienes la oportunidad de visitarla de una manera especial aprovechando las VI Jornadas de puertas abiertas, que tendrán lugar el sábado 14 y el domingo 15 de septiembre.

Texto Óscar Checa Fotos: Juanjo Isidro/Museo Prehistoria de Valencia (Propuestas Revista Viajeros sept. '13)


En torno al año 325 a.C, una de las ciudades más importantes de la Contestania, una región poblada por los íberos que ocupaba la actual provincia de Alicante y parte de Albacete y Valencia, fue destruida y abandonada. No se conoce qué pudo ocurrir en un lugar que, las excavaciones arqueológicas realizadas, muestran como poderoso, complejo y bien organizado. Ese aspecto sigue siendo un misterio pero otros no, gracias a las investigaciones de expertos de todo el mundo y del Museo de Prehistoria de Valencia. ¿Preparados para viajar en el tiempo? Este fin de semana nos vamos a la
Bastida de Les Alcusses, en Moixent (Valencia).


Allí tendrán lugar las VI Jornadas de puertas abiertas, un interesante programa de actividades para toda la familia, organizado por el
Museo de Prehistoria de Valencia en colaboración con el Ayuntamiento de Moixent, que incluye la visita guiada del yacimiento y la reconstrucción de una casa ibérica, la realización de talleres didácticos y la degustación de productos de la zona, como los vinos del Celler del Roure y los quesos de la Granja Rinya.


Cada año estas jornadas se centran en un tema. El elegido en esta ocasión es Rituales y mitos de los íberos, con el que podremos adentrarnos en la mitología y sistema de creencias de estos pueblos que habitaron la franja costera mediterránea de nuestro país, en un área que penetraba por el interior hasta el valle del Ebro, el valle del Segura, gran parte de La Mancha meridional y oriental y también hasta el río Guadiana y el valle alto del Guadalquivir.

¿Qué creencias tenían los íberos? ¿Qué dioses? ¿Tenían un mundo mitológico? Todo eso lo descubriremos allí interactuando con auténticos habitantes de la Bastida de Les Alcusses, un grupo de actores con los que el poblado cobra vida y que recrearán los hechos cotidianos de esta antigua ciudad del siglo IV a.C. Podremos conocer también el proceso de construcción del conocimiento y los límites de la ciencia que poseían, según las investigaciones llevadas a cabo por expertos del Museo de Prehistoria de Valencia y otros especialistas.


El horario de las Jornadas será de 10.30 h a 13 h y de 17 h a 19 h, y las actividades se ampliarán con otras programadas en el Museo Arqueológico Municipal de la villa de Moixent.





La Bastida de Les Alcusses

Esta antigua ciudad íbera está situada en un cerro de 741 metros de altitud, un lugar verdaderamente estratégico, no sólo por la altura sino porque esta loma  domina los valles de alrededor por donde pasaban dos vías de gran importancia histórica: la vía Augusta (que comunicaba la costa levantina con la meseta y Andalucía) y el curso del río Vinalopó. Este enclave privilegiado la convertía en un centro defensivo pero también económico, pues por aquí pasaban los comerciantes que iban desde el litoral al interior y viceversa, dando lugar a intercambios de materias primas y productos manufacturados autóctonos por objetos de prestigio importados, como las cerámicas griegas.


Un recorrido por la Bastida, una ciudad de la que, por cierto, se desconoce su nombre original, nos llevará por una gran extensión de más de cuatro hectáreas que estaba protegida por una sinuosa muralla de la que se conserva la base de piedra y que, se calcula, mediría entre seis y ocho metros.


Las excavaciones y las investigaciones llevadas a cabo han sacado a la luz muros, objetos y materiales que aportan muchísima información sobre el pueblo que vivió aquí. Basándose en todo ello se ha reconstruido una vivienda en la que se puede ver la vida cotidiana, el ambiente doméstico de una familia campesina de las que habitó aquí hace 2300 años.


Hay dos cosas que nos llamarán sobre todo la atención: las ingeniosas llaves y cerraduras que utilizaban y las láminas de plomo encontradas escritas en alfabeto ibérico. La escritura ibérica no ha sido descifrada todavía pero es casi seguro que estas láminas se traten de documentos comerciales, lo que da cuenta de además de un pueblo agrícola, ganadero y textil, era un pueblo de comerciantes.


Tras cien años de existencia, la ciudad fue abandonada. ¿Qué pasó? ¿Fue atacada y vencida? ¿Por quién? ¿Se fueron sus habitantes? ¿Por qué? Nada se sabe de momento al respecto, pero eso no quita para que este lugar tenga un encanto especial que bien merece una escapada, y más ahora, aprovechando estas jornadas.
 

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