Conviene ser precavido cuando se visita Florencia pues ya se sabe que fue en esta ciudad donde Henri-Marie Beyle describió por primera vez algo que, más tarde, bien avanzado ya el siglo XX, se llegaría a conocer como síndrome de Stendhal. El seudónimo del escritor francés otorgó nombre a una enfermedad psicosomática que acelera el ritmo cardíaco, produce vértigo, confusión e incluso alucinaciones cuando el individuo es expuesto a obras de arte particularmente bellas y sobre todo si se encuentran en gran número en un mismo lugar. Y es que, la belleza y la exuberancia del goce artístico es algo serio y así lo entendieron también los artistas que, sobre todo en el Renacimiento, recalaron en la capital toscana. Rafael, Botticelli, Da Vinci o Miguel Ángel... todos pugnaban por crear la obra de arte más bella y perfecta, ya fuera en pintura, escultura o arquitectura. Por eso el viajero que hoy recorre las calles de Florencia se encuentra ante un escenario sublime y armonioso del que es difícil sustraerse.
FLORENCIA. La energía de las pasiones
Miguel Ángel, en su faceta de poeta, escribió unos versos que atribuían la creación de Florencia a mil amantes. Desde entonces, podríamos pensar que el número de enamorados de la ciudad no ha parado de crecer y que todos ellos, los viajeros y los propios florentinos, continúan modelándola con el simple hecho de admirarla, sobrecogerse y fascinarse. Pocos lugares seducen de tal manera...
El corazón histórico de la ciudad se revela compacto, fácil de recorrer a pie. Iglesias, palacios y museos salen al encuentro del caminante, que debe saber que está en una villa casi enteramente reconstruida en la época del Renacimiento, pero cuyo centro todavía mantiene rincones del medievo donde Dante, por ejemplo, no tendría ninguna dificultad en reconocer el dédalo de callejuelas donde se encontraba, muy probablemente, el lugar en que nació. En este entorno, el conjunto de la catedral de Santa Maria del Fiore destaca por sus dimensiones y por los llamativos mármoles blancos, verdes y rosas que envuelven su exterior. Es un símbolo más de aquella ambición de Florencia (bien conseguida, desde luego) por querer ser la primera en todo.
Y de manera similar podemos encontrar otros ejemplos a través de los que es muy fácil leer la historia florentina. La piazza della Signoria, con las estatuas (o sus copias) que conmemoran los grandes momentos de la historia de la ciudad, el Palazzo Vecchio, la Galería de los Uffizi, el Palazzo Pitti o la iglesia de la Santa Croce son algunos de ellos.
Con todos corremos el riesgo de sufrir el síndrome de la belleza y, que se sepa, no existe aún ningún remedio ni antídoto que lo frene... afortunadamente.
Guia práctica
Cómo llegar
Algunas de las compañías que vuelan hasta Florencia son Alitalia, Tel. 902 100 323; Iberia, Tel. 902 400 500 y Ryanair, Tel. 807 110 182. Se puede llegar hasta el aeropuerto Amerigo Vespucci-Firenze, desde el que un autobús cubre el trayecto hasta la ciudad, o al Galileo Galilei, en Pisa, a 80 km de Florencia. En este caso, además de los autobuses, existe la posibilidad de completar el trayecto en un tren regional que sale del aeropuerto cada hora y emplea unos 60 minutos en llegar a la estación Santa Maria Novella.
Otra forma de viajar hasta esta ciudad es en barco. Grimaldi Lines líneas regulares que parten desde Barcelona y que llegan a Livorno, en plena Toscana y algo más al sur, a Civitavecchia. La ventaja es que podemos embarcar el coche y desplazarnos a nuestro aire. Tel. 902 531 333
Dónde alojarse
Via Ghibellina,174/r.
Tel. +39 055 284 363
En pleno casco histórico, este hotel boutique combina de manera sofisticada el encanto de los palacios florentinos y el gusto por la modernidad y el diseño. Servicios de calidad, 25 habitaciones decoradas con obras de arte originales y un atractivo hall que cada mes acoge una exposición de arte contemporáneo.
Via Farini, 12.
Tel. +39 055 234 0586
Abierto hace poco tiempo en pleno centro, el 1865 es un establecimiento de los llamados de época. Se trata de un lujoso y exclusivo alojamiento de tan solo 5 habitaciones, diferentes entre sí y cada una dedicada a un escritor relacionado con la ciudad. Los propietarios han colaborado en la la guía Florencia secreta e insólita, por lo que son una muy buena referencia para descubrir esta ciudad.
Via del Ponte Sospeso, 22.
Tel. +39 347 431 3058
Perfecto para los que se pasan el día en la calle pero quieren tener un lugar de descanso con un ambiente moderno y acogedor. Bastante céntrico, en uno de los barrios más animados y auténticos. Las habitaciones, que se diferencian por colores, son espaciosas y luminosas. Las hay desde individuales hasta cuádruples
Dónde comer
Via della Condotta 37r.
Tel. +39 055 239 9806
Este restaurante y winebar ofrece cocina toscana reinterpretada utilizando materias primas de gran calidad y servida en un ambiente elegante, de diseño moderno y refinado. Espléndida carta de vinos con más de 800 referencias. Entre sus especialidades: tagliolini neri al erizo de mar y pesto o el filete de buey con mermelada de cebolla roja.
Grand Hotel Baglioni.
Piazza Unità Italiana 6
Tel. +39 0552 3580
Uno de los restaurantes panorámicos más conocidos en Florencia. Su cocina, bastante creativa pero con respeto a la tradición, mezcla el gusto regional con influencias internacionales.
No te pierdas
Entre los imprescindibles de la ciudad hay que anotar: la Piazza della Signoria y sus estatuas; la Galería de la Academia, donde se encuentra el original del David de Miguel Ángel; la Galería de los Uffizi y el Museo Barguelo; el Ponte Vecchio y su curiosa historia, cuyas tiendas pasaron de ser carnicerías a joyerías; el palacio Pitti y el jardín de Boboli o la catedral Santa María del Fiore y las iglesias de Santa Maria Novella y Santa Croce.