Isla Reunión. Cima de Morne Langevin. Revista Viajeros
Textos y fotos Editorial Viajeros
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Isla Reunión. República Libertaria.

Isla Reunión formó parte, según Daniel Defoe, de la República Libertaria, creada por piratas que emulaban a Robin Hood. En la bandera que enarbolaban se podía leer "por dios y la libertad". Hoy día los viajeros, más que buscar a dios, vienen en busca de aventuras.

Con la misma normalidad con la que los españoles viajamos a las Islas Canarias, a pesar de estar situadas a la altura del Sahara Occidental, los franceses lo hacen a la Isla Reunión, a pesar de estar ubicada en el Océano Índico entre Madagascar y Mauricio.

De hecho, a primera vista, Reunión se asemeja muchísimo a nuestras Islas Canarias sobre todo en el clima cálido y en el paisaje volcánico, aunque resulta algo más salvaje. Quizás paisajísticamente se parezca todavía aún más a las Islas Hawái, teniendo la ventaja de que está mucho más cerca y de que se puede pagar en euros. 

El mestizaje de la Isla de Reunión se hace muy evidente en Saint Denis, la capital. Los criollos (un nombre que reciben quienes nacen en la isla, al margen de su origen étnico) constituyen la mayoría de la población. Entre los grupos no criollos también se incluyen personas procedentes de la Francia continental (conocidos como zoreils), y los originarios de Mayotte y las islas Comoras.

El área más cosmopolita de la ciudad está constituida por Le Barachois, el paseo marítimo de Saint-Denis, en el extremo oriental. Aquí se ubican los bares y terrazas más elegantes, así como el hotel Le Saint-Denis, uno de los más lujosos de la ciudad. En Saint-Denis se alzan impresionantes mansiones criollas. Para descubrir la ciudad, lo mejor es perderse por sus calles sin rumbo fijo. Entre otros puntos de interés destacan el monumento a los Caídos; el Ayuntamiento, considerado uno de los edificios más bellos de la urbe; la catedral de Saint-Denis; y la prefectura, cuya construcción se inició en 1735 y sirvió como sede de la Compañía Francesa de las Indias. En el gran mercado se puede encontrar una mezcolanza de productos, desde objetos malgaches de madera hasta especias, cestos y muebles.

Los deportes activos son perfectos para descubrir la faceta más salvaje de la isla.

la zona costera y sus playas

Aunque esta isla no se suele escoger por sus playas, es imposible resistirse a su atractivo. Las mejores están en la costa oriental, en St-Gilles-les-Bains y en  Boucan-Canot, al sur de Saint-Paul. Una barrera de coral las protege a ambas de los tiburones, los únicos animales temibles en esta zona, aparte de los mosquitos. También hay que tener en cuenta la playa de Saint-Pierre, que está siempre animada, y la de Grande Anse, en el inicio del llamado Salvaje Sur.

Aprovechando la visita por la costa, se puede hacer una parada técnica al bien conservado Cementerio de Marin. Situado en las afueras, nos recuerda parte del pasado pirata de este rincón. De hecho, por aquí se encuentran tumbas de famosos bucaneros como la de Olivier Levasseur, apodado “La Buse”, que significa el Halcón, y que descansa junto al famoso símbolo de la calavera con tibias cruzadas. Su tesoro todavía se encuentra en paradero desconocido. De hecho, antes de ser ajusticiado en la horca, lanzó al público asistente un plano con un jeroglífico del lugar en el que se encontraba el tesoro junto a las palabras “¡Mes trésors à qui saura comprendre!” (mis tesoros para quien lo entienda). De momento nadie lo ha descifrado. Se estima que actualmente tendría un valor de unos 80 millones de euros.

En la zona este, mucho más salvaje y agreste, destaca entre Sainte Anne y Sainte Rose el puente colgante Pont des Anglais accesible solo para peatones. Cerca de St. Philippe se encuentra Le Puits Arabe, también llamado el jardín volcánico, un buen lugar en el que hacer un picnic o una pequeña caminata de media tarde. Está ubicado junto a enormes acantilados formados por lava en el que crecen enormes palmerales en un entorno impresionante e irrepetible.

Isla Reunión. Playa de St.Leu. Revista Viajeros

Desde un parapente se disfruta de una singular perspectiva de la playa de St. Leu.

cumbre del maido

Accesible desde el este de la isla, y después de zigzaguear innumerables curvas, se llega a la cumbre del Maido en la que se encuentra situado estratégicamente un mirador desde el cual se obtienen privilegiadas vistas a más de 2.000 metros de altura. Dos erupciones volcánicas sucesivas y siglos de erosión y hundimientos, ha esculpido tres exuberantes circos: Mafate, Salazie y Cilaos.  Si bien es un lugar de difícil acceso, en él viven algunas comunidades nativas, muchas de ellas descendientes de esclavos que huyeron de las plantaciones de azúcar. Los tejados de algunas de sus casas se divisan entremezclados con la agreste naturaleza. Pese a su aislamiento, en cuestiones de turismo se han abierto e incluso ofrecen hospedaje alternativo y económico.

Salazie es, tal vez, el circo más hermoso de todos, aunque no el más grande. Se accede por una carretera situada el noroeste de la isla. Innumerables cascadas caen desde lo más alto, precipitándose por las escarpadas pendientes que van a morir al mar. Al fondo, en lo más profundo, se encuentra Hell Bourg, un bellísimo pueblo de montaña de tradición balneario, aunque un desastre natural truncó su proyecto de estación termal. El pueblo fue recuperado en los ochenta y forma parte del catálogo de los pueblos más bellos de Francia. En el circo de Cilaos, hay una población del mismo nombre, donde es posible alojarse en algunos hoteles con encanto, como el Vieux Cep, y también destacan las coloridas mansiones criollas. Es una de las zonas asiduas para los amantes de la práctica de deportes de riesgo. Cerca de Hell Bourg también se encuentra el sendero que permite visitar el bosque de Belouve, un microclima selvático perfecto para hacer un trekking. Se trata de un bosque primario con una flora similar a la de Madagascar en la que crecen enormes helechos y tamarindos, preciosas flores y gran cantidad de orquídeas.

Camino de vuelta, por la misma carretera es posible pararse en algunos miradores orientados hacia la costa en los que es posible hacer un picnic. A derecha e izquierda también se alternan explotaciones familiares dedicadas al cultivo de plantas aromáticas como, por ejemplo, la regentada por Isabel llamada la Maison del Geranium. En ella es posible ver como se destilan algunos perfumes a partir de los geranios, tomar un buen café y comprar buena artesanía local. 

Isla Reunión. Cascada de Gran Galet. Revista Viajeros

El agua es otra de las protagonistas en la isla. Esta es la cascada de Gran Galet.

piton de fournaise

Conforme nos acercamos al este de la isla van apareciendo una de las piezas angulares del turismo de la isla, el Volcán Piton de la Fournaise, uno de los más activos del mundo, ya que prácticamente casi todos los años se producen explosiones o emisiones de lava. Sus erupciones atraen a miles de visitantes. Las coladas de lava se extienden desde el cráter, situado a 2.631 metros, hasta la costa este originando un paisaje único, casi lunar. Es un tipo de volcán que prácticamente no resulta peligroso, ya que su actividad es muy predecible, aunque claro, la vulcanología sigue sin ser una ciencia exacta.

Cuando no está en erupción, que suele ser en la mayor parte del año, se practica senderismo, apto para todo tipo de públicos, siendo posible caminar por el cráter y por el cercano paisaje lunar de la Plaine des Sables. Hay varias rutas marcadas. El acceso a la caldera está permitido desde las 6 de la mañana a las 4 de la tarde y se efectúa por un sendero que desciende aprovechando una brecha en la muralla hasta el piso de la caldera, aunque en los momentos de acontecimientos sísmicos que preceden a las erupciones y durante estas, el paso se cierra. Desde aquí, se extiende una red de itinerarios señalizados con rocas pintadas en blanco que es importante no abandonar ya que la niebla, que en ocasiones puede aparecer, podría hacer que nos perdiéramos. Se recomienda antes de visitar el volcán hacer una parada en el pueblecito de Bourg-Murat donde está situada la Maison du Volcan, un museo en el que explican la formación de la isla, la actividad volcánica y las erupciones más importantes a lo largo de la historia de Reunión.

Isla Reunión. Volcán Pitón de la Fournalse. Revista Viajeros

Una de las calderas del volcán Piton de la Fournaise. Este cono sigue expulsando lava con regularidad.

Políticamente, Isla Reunión es un pedazo de Francia perdido en el océano, un trozo de tierra tan exuberante y escarpado que parece recién salido del mar. Escondite perfecto para piratas, emuladores de Robin Hood y defensores de dios y la libertad.

 

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Texto y fotos: Editorial Viajeros

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Texto y fotos: Editorial Viajeros

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