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MALTA. Bajo la protección de Osiris

En la proa de los luzzu, los coloridos barcos malteses, se encuentra el ojo de Osiris, el mismo que ha logrado que las Islas Maltesas hayan permanecido tan puras y fascinantes desde el comienzo de los tiempos, a pesar de los avatares de la Historia.

En la proa de los luzzu, los coloridos barcos malteses, se encuentra el ojo de Osiris, el mismo que ha logrado que las Islas Maltesas hayan permanecido tan puras y fascinantes desde el comienzo de los tiempos, a pesar de los avatares de la Historia.


Por Pepa García (edición digital de ViajeroS 30 dic 2012)

Su ubicación en el centro del Mediterráneo ha motivado que estas islas hayan cumplido un papel muy importante como cruce de rutas comerciales: este hecho les ha supuesto la codicia de todos los pueblos que por ellas han pasado. Quizás sean tres las etapas más apasionantes de la historia maltesa: la Prehistoria, la de la Orden de San Juan y la británica.

De la etapa prehistórica (del 5200 al 4000 aC) se han hallado valiosas evidencias que incluso han otorgado la mención de Patrimonio de la Humanidad. Es el caso de los templos de Malta y Gozo y la cámara subterránea del Hipogeo de Hal Saflieni. La sociedad que habitaba las islas en ese periodo era inteligente a la vez que misteriosa como demuestran sus sofisticadas creaciones arquitectónicas. Los templos en Ggantija, en Gozo, se consideran entre los más antiguos conservados en el planeta, anteriores en unos mil años a la pirámide de Keops en Egipto y Stonehenge en Inglaterra. El hipogeo de Hal Saflieni, en Paola, una obra increíble de ingeniería prehistórica, es un laberinto excavado en roca, compuesto de pasajes y cámara. Se cree que es el único templo subterráneo- tumba del planeta. Otros como los de Hagar Qim Mnajdra y Tarxien conducen a pensar en el misticismo de Malta como centro de culto. La cultura de los templos desapareció sobre el 2500 aC, sin que se conozca el motivo.

La segunda etapa, también muy interesante, estuvo protagonizada por los Caballeros de la Orden de San Juan, quienes la gobernaron durante 250 años (entre 1530 y 1798). Cada uno de los pasos que se den en Malta recuerdan su antigua presencia: fuertes, atalayas, iglesias, palacios, obras de arte y jardines. Si te interesa este periodo no dejes de visitar las Tres Ciudades, el Fuerte de Saint Angelo y La Valletta. La impronta de los caballeros continua estando presente en Malta a través de su característica cruz de ocho puntas.



Por último, el período británico, entre 1800 y 1964, que comenzó tras la ayuda que los británicos otorgaron a los malteses para liberarse de los franceses. Un tratado posterior hablaba de la devolución de las islas a la Orden de San Juan, pero el pueblo prefirió quedar bajo la protección de Gran Bretaña y, más tarde, por cuestiones bélicas internacionales, bajo su dominio. La influencia inglesa se percibe en la pervivencia del idioma inglés, sus vínculos comerciales y turísticos con la antigua patria, sus típicas cabinas y buzones rojos en las vías. Actualmente Las islas Maltesas son un estado independiente que forma parte de la Unión Europea.

Malta, cultura a raudales

Malta, la isla mayor, guarda sus principales joyas ocultas en la piedra, la cual descubrimos en cada recodo, al doblar una esquina, en las calles, palacios e iglesias. Los muros toman una tonalidad dorada cuando el sol los ilumina, incluso la llamaban Melita, la isla de la miel. Una luz que ha inspirado siete mil años de arquitectura. Malta nos obsequia con sus templos megalíticos pero también con ciudades como La Valetta, un monumento en sí misma con sus calles estrechas, balconadas, pasajes con arcos, fuentes, jardines y los tesoros que alberga la Catedral de San Juan.

Tan especial como La Valetta es Mdina, una ciudad que nos retrotrae a la Edad Media sin esfuerzo a través de sus vías laberínticas, palacetes, iglesias y la catedral de San Pedro y San Pablo. Nunca olvidarás un paseo por sus calles casi desiertas, al atardecer, cuando las sombras de los edificios se alargan y las luces del ocaso se muestran más esquivas.


Malta dispone de otros muchos lugares de interés, pero lo que más sorprende es el carácter hospitalario de los malteses: una personalidad mediterránea con acento británico, una conjunción interesante que está siendo explotada como un archipiélago- academia de idiomas.

Las dos hermanas pequeñas, Gozo y Comino, también atrapan al viajero, añadiendo al atractivo histórico y cultural de Malta un gran potencial natural en forma de playas, excursiones y deportes activos.

Este reportaje ha sido publicado exclusivamente en nuestra edición digital, puedes continuar leyendo sobre las Islas Maltesas en El azul intenso de Gozo y Comino.

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