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MIRÓ Y PICASSO EN COSTA DAURADA

Cuatro coquetos pueblos de Costa Daurada influyeron de manera muy significativa en la personalidad y obra de otros tantos genios de talla mundial. Hablamos de Gaudí, Miró, Pau Casals y Picasso, figuras indiscutibles del panorama cultural del siglo pasado –y seguramente de los venideros– que encontraron en estos enclaves a sus respectivas musas.

Gaudí, Miró, Pau Casals y Picasso, figuras indiscutibles del panorama cultural del siglo pasado encontraron en Costa Daurada a sus respectivas musas. En agradecimiento, dejaron para la posteridad un legado inigualable en el mundo de la pintura, la música y la arquitectura. De esta manera, el hilo conductor de nuestra escapada es seguir los pasos de estos genios, ya hemos conocido en la 1ª parte de este artículo a Gaudí y a Pau Casals, ahora nos centraremos en Miró y Picasso.

Miró y la paz de Mont-roig

Mont-roig del Camp será nuestra tercera parada. El municipio se reparte entre la costa (Miami Platja) y el interior (el núcleo histórico). Nosotros vamos a centrarnos en esta segunda área y en la relación con Miró. No obstante, sería injusto obviar el resto de sus virtudes. Recordad que, entre calas y playas, dispone de 12 km de litoral bañado por el cálido Mediterráneo. Durante el estío, además, se programan aquí un montón de actividades para la familia –son los denominados Banys de Lluna– y, así, se puede disfrutar del cine de verano, de malabares y pasacalles, del tren turístico y de comodidades como la guardería infantil. Y si nos apetece hacer un poco de ejercicio, el centro BTT y sus bicicletas nos estarán esperando. Allí encontraremos información sobre las diferentes rutas que nos permitirán conocer los alrededores y su diversidad.


Volviendo al interior y al centro histórico, cabe decir que hay dos visitas ineludibles. Comencemos con la ermita de la Mare de Déu de la Roca. El nombre nos da una pista sobre su emplazamiento: en lo alto de un cerro. Desde aquí los mayores nos deleitamos con la rica paleta de colores del entorno: el contraste del blanco de la ermita con el bermellón de la roca (que da nombre al pueblo), el verde de los campos de cultivo y la llanura que tenemos a nuestros pies asemeja una alfombra y, al fondo, un horizonte conformado por las montañas, el azul del cielo y el turquesa del mar. Mientras, los más pequeños corretean animados por las leyendas que les podemos contar sobre el lugar donde, por cierto, se respira un aire muy sano. Y lo de sanos no es gratuito. Si no me creéis, repasemos brevemente la biografía de Joan Miró.

Corría el año 1911 y Miró sufría una larga enfermedad, aparte de un cierto desasosiego interno. Para tratar de recuperarse, llegó a Mont-roig y se alejó en un masía que le vio regresar año tras año (el invierno lo pasaba en París y el verano aquí). El influjo de la localidad –y de su entorno natural– en la trayectoria del artista es innegable, como bien podremos comprobar en el Centre Miró hasta donde nos trasladamos. Se trata de un espacio donde es fácil empezar a entender toda la simbología que hay detrás de las obras de este genio.

Si vamos con niños, gracias al manual explicativo, podremos jugar a ello. Por ejemplo, les explicaremos cómo las cañas de las tomateras entrecruzadas se convertían en estrellas en sus cuadros o la importancia de árboles como el algarrobo o los olivos para el artista catalán. De hecho, la Naturaleza era la musa de este genio el cual, entre otras virtudes, tenía una capacidad de observación asombrosa. La vida rural en general queda retratada de manera singular en las reproducciones de las obras que encontraremos en este centro de interpretación. Y lo mejor de todo, muchas de las localizaciones, paisajes y detalles que allí se representan podremos verlos en primera persona en el mismo Mont-roig (es muy recomendable seguir el itinerario Miró que recorre mucho de estos lugares). Para los más pequeños resultará provechoso y divertido, ya que mientras pasean podremos hablarles de la vida del campo y de la importancia de cuidar la naturaleza.
 


Una bici y un Picasso

¡Niños, a desayunar, nos vamos a la montaña! Así podría comenzar nuestra última jornada por el Paisaje de los Genios, esta vez con Picasso como protagonista. Al igual que le ocurrió a Miró, se sintió fascinado por la vida rural. En este caso sucedió en Horta de Sant Joan –perteneciente a Terres de l'Ebre–, lugar donde residió durante ocho meses cuando tenía 16 años con motivo también de una enfermedad. Allí, aprendió diversos trabajos del campo, experiencia que le marcó, al igual que los paisajes de la zona –como la figura del convento de Sant Salvador, a los pies de la montaña de Santa Bárbara–. Más tarde, ya consolidado como artista y coincidiendo con el inicio de su etapa cubista, regresaría al pueblo que tanto le gustó.

Ya sabemos cómo es al arte de este genio: realmente sugestivo. La imaginación de los más pequeños se verá, sin duda, alimentada con su pintura. Podemos así jugar a cómo entiende cada componente de la familia esos trazos tan marcianos: “yo veo un casa, “pues yo un tigre”, “¡que señor tan feo!”. Todo esto y mucho más se puede descubrir en el Centre Picasso que, ubicado en el Antiguo Hospital, un edificio renacentista construido en el año 1580, es otro punto ineludible en nuestra ruta.


Tras haber recordado sus sanas locuras, y una vez comprendido ese amor casi filial por Horta y su costumbrismo, es el momento de descubrirla con nuestros propios ojos. El casco histórico es agradable y merece la pena callejear por su empedrado. Nos toparemos durante el paseo con el Ecomuseu dels Ports donde te informan sobre las posibilidades de la zona. Y es que desde aquí se disfruta de unas vistas sugerentes. Se trata de Els Ports (o Puertos), un macizo montañoso de gran interés faunístico, geológico y botánico. Estamos, por tanto, ante una nueva tentación de turismo activo y, cómo no, en familia si queremos. Podemos, por ejemplo, alquilar cuatro bicis, preparar unos bocatas, llenar la cantimplora y pasar una mañana estupenda recorriendo la Vía Verde de la Tierra Alta, el broche final para este recorrido artístico apto todas las edades.

Si aún no has leído la 1ª parte de este artículo puedes hacerlo ahorano esperes más: Costa Daurada. Familias y genios.

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