Desde su nacimiento Cerdeña ha sido una de las islas más invadidas y codiciadas: fenicios, cartagineses, vándalos, bizantinos, genoveses... hasta Jaime de Aragón fue el rey de la isla ¡allá por el siglo XIII! Sin embargo, la ínsula sigue siendo un secreto en medio del Mediterráneo.
Sicilia estaba dominada por emires musulmanes que regían la vida de una población de orígenes y religiones variopintas. Roger I, noble normando francés es nombrado conde de Sicilia y conquista la isla. Su hijo Roger II, será el primer rey del Reino Normando de Sicilia.
Los normandos basan su reinado en la tolerancia hacia todos los cultos religiosos y lenguas. El griego, árabe y latín pasan a ser todas lenguas oficiales y reparten los cargos de la administración entre las comunidades, y levantan el sueño de que un reino independiente puede ser real. admirar la belleza que el Mediterráneo regala cada día.
Estos reyes son de espíritu conquistador, ambiciosos y traen consigo la herencia de dos siglos de asentamientos y batallas desde la fría Noruega hasta la impresionante capital de Bizancio, Constantinopla. Sus ansias y deseos de gloria y de formar su propia dinastía van a convertir al Reino siciliano en una potencia en el mediterráneo durante 150 años. Prueba de ese esplendor son las construcciones de ese periodo que hoy se mantienen en pie orgullosas y que han sido consideradas por la Unesco como patrimonio de la Humanidad bajo el nombre de conjunto Palermo árabe-normando y las catedrales de Cefalú y Monreale.
Recorrer los principales puntos de este itinerario nos lleva a lo largo de la costa norte de Sicilia desde Cefalú hasta la capital del reino, Palermo y a la ciudadela de Monreale. Además, toda la costa está plagada de lugares y villas con vestigios de construcciones normandas, pueblos donde detenerse a descansar y admirar la belleza que el Mediterráneo regala cada día.
Emprendemos rumbo a Cefalú, ciudad en la costa noreste de Sicilia, a 70 km de Palermo