En la esquina noroccidental, el río Duero y sus afluentes han excavado una sorprendente sucesión de cañones, sobre los que se han levantado espectaculares presas y saltos hidroeléctricos.
La primera de ellas, la de la Almendra, acumula las aguas del Tormes justo antes de unirse al Duero. Es un auténtico mar interior con sus más de 2.600 hm3 de capacidad y ostenta el récord de altura, con 200 metros hasta la coronación de la presa. Un túnel, excavado en la roca, de 7 metros de ancho y 15 km. de longitud lleva el agua desde la presa hasta la central subterránea en Villarino de los Aires. Se trata de una compleja obra de ingeniería que permite revertir las turbinas y devolver las aguas al embalse matriz.
Otra de las grandes presas es la de Aldeadávila de la Ribera, sobre el río Duero, utilizada como escenario cinematográfico. El último salto se encuentra en Saucelle. También son muestras de esta arquitectura industrial los embalses de Santa Teresa, Águeda, Irueña y el azud de Villagonzalo.