Un todoterreno, una carretera, un sinfín de caminos y dos semanas para dar la vuelta a una isla tan joven geológicamente que apenas tiene árboles. Si lo que ansías ver cuando viajas son paisajes imposibles, escenas que solo la naturaleza más brutal es capaz de concebir, te presento tu próximo destino: Islandia.
Avanzamos en solitario por una carretera que en línea recta divide en dos un paraje implacable, quemado, estéril. Una tierra monótona, de tonos ocres y negros que no está muerta, sino recién nacida. Mucho de lo que vemos, efectivamente, hace muy poco estaba en las entrañas del Planeta.
Y es que en Islandia, en su relativamente breve territorio, tiene treinta volcanes activos que producen una erupción cada cuatro años aproximadamente. Es una buena declaración de intenciones.