Cuba. Cayo largo del sur.

El Centro de Rescate de Tortugas Marinas es una de esas visitas impostergables. Con la educación ambiental como bandera Gonzalo y El Ruso -dos biólogos apasionados- han  ganado terreno con grupos fam asociados al programa de estudios y acciones para la conservación y protección de las tres especies de tortugas marinas más frecuentes en la región (la Verde, la Kawama y el Carey).

El Cayo es el área de mayor densidad de arribo de estos quelonios en la isla. Cuentan que en las noches de los meses de mayo a octubre en cualquier tramo de playa  es desafiante este evento para anidar. Y para garantizarr la sobrevivencia de esos huevos ante las consecuencias de la erosión de las playas debido al cambio climático, ellos los trasladan hacia este centro, ubicándolos primero en el área de incubación y luego en las piscinas, hasta ser liberadas al mar.

“En este proceso –aclara el ruso-  participan los turistas, tanto en el rescate de huevos en la arena, como en la liberación de las crías en aguas afuera. También las charlas ayudan a concientizar, a evitar que se camine de noche por la playa porque puede producir estrés a los animales, al igual que el flash de una cámara fotográfica. Ellas son fieles al área de anidación, pero también el hombre puede ayudar a que vuelvan, en eso trabajamos“

Muy cerca, la Isla de las Tortugas  -apreciable en un recorrido marítimo en ese entorno del archipiélago Jardines de la Reina- da fe de cuan prolífera es la vida de este quelonio en la región. No más llega la embarcación y bajan a la orilla a buscar las migajas de pan que los tripulantes  les ofrecen desde el agua.

Las zonas de balnearios son conocidas mundialmente, no solo por sus aguas cristalinas, sino  por sus arenas blancas, finas y frescas que desafían al más fuerte rayo de sol y es posible caminar descalzo sobre ellas sin sentir tan siquiera ardor en los pies. En Playa Sirena se puede degustar además de exquisitos platos, algunos bautizados con nombres típicos.

Del paseo por mar que invita la Marina Marlin nadie quiere perderse un chapuzón en esa piscina natural  en medio de las aguas profundas, donde todos “dan pie” nunca por encima de la cintura, esté baja o alta la marea.  Y la visita a las barreras coralinas con tiempo de observación de fondos también se lleva las palmas como experiencia única.