Los cayos e islotes de Jardines del Rey se abren como puertas al paraíso a lo largo del litoral norte cubano. Este onírico lugar, destino ideal para el ocio, aviva sueños, fantasías y deseos de aventuras. Fue Cristóbal Colón quien bautizó esta cayería como archipiélago Jardines del Rey en honor a Fernando el Católico.
El diseño de sus dos edificios, que se enlazan por un hermoso túnel galería,fusiona sendos estilos; uno colonial y clásico, el otro más contemporáneo con una torre moderna de vidrio y acero. Ubicado en el corazón mismo de la Habana, su entrada principal mira desafiante frente al Parque Central y a un lateral del Prado habanero.