Esta Venerable Tierra, que eso significa Sri Lanka, formó parte durante mucho tiempo de la Ruta de las Especias. Ceilán fue codiciada por árabes, portugueses, holandeses e ingleses. Hoy es una isla tropical poblada por gentes afables, en su mayoría budistas, abiertas al turismo.
LOS COLORES DE LA INDIA
Pablo Morena nos cuenta su viaje a la India. "Siempre habíamos soñado con viajar a la India, hasta que un día nuestro sueño se hizo realidad. Mi mujer, Ángeles, había encontrado una oferta atractiva en Internet y, sin pensárnoslo dos veces, nos embarcamos en esta gran aventura".
Siempre habíamos soñado con viajar a la India, hasta que un día nuestro sueño se hizo realidad. Mi mujer, Ángeles, había encontrado una oferta atractiva en Internet y, sin pensárnoslo dos veces, nos embarcamos en esta gran aventura.
Nuestra andanza comenzó hace dos años, en 2011. Saliendo de la T4 de Barajas, nuestra primera parada era Amman. Tras una mínima escala, cogimos el segundo avión con dirección a la capital de India, Dehli, en cuyo aeropuerto nos esperaba el que sería nuestro guía durante todo el viaje, Vijay. Nada más llegar nos presentó al resto del grupo con el que compartiríamos los siguientes trece días: Victoria, Ana, Almudena, Mónica, Ángeles y yo nos convertiríamos en una gran familia.
Nada más salir del aeropuerto comprobamos el bullicio y el intenso caos que se respira en la capital india. Tras un corto recorrido en coche, nos acomodamos en nuestro hotel y casi sin darnos tiempo nada más que para desayunar iniciamos nuestra primera jornada en la que visitamos la antigua y nueva Delhi: su magnífico alminar Qutab Minar del siglo XII, la columna de hierro que, por increíble que parezca, tras llevar 1500 años construida no tiene ningún signo del paso del tiempo, así como el memorial dedicado a Gandhi, la puerta de la India, el Templo de Loto, el Palacio Presidencial y más maravillas ocultas en las calles de esta increíble ciudad. La tarde la dedicamos a visitar el templo Sij, donde pudimos presenciar una oración de los fieles.
Ya el segundo día de estar en suelo indio descubrimos el porqué del nombre del circuito: Los colores de la India….Realmente ha sido un viaje para los sentidos: los olores, sabores, colores y sensaciones de este país nos envolvieron. Disfrutamos de tardes de compras en medio del monzón, cuando en minutos descubres que el agua te llega a la altura de los tobillos y las calles se convierten en riadas que limpian todo a su paso. Experimentamos la calidez y amabilidad de sus gentes; aceptamos el ofrecimiento de uno de los guias locales para conocer a su familia, cómo viven y compartir un té mientras conversamos sobre su forma de vida, sus principios y la estructura de la sociedad india….
Nuestra siguiente parada sería Udaipur, una de las ciudades más bellas, rodeada de una gran muralla de cinco puertas junto al lago Pichola. Seguimos rumbo a Jaipur, conocida como la Ciudad Rosa por el tono ocre asalmonado de sus edificios. Amber fue un alto en el camino donde, subidos en elefante, visitamos su fuerte.
Conforme avanzaban los días, la amistad en el grupo se hacía más fuerte, y la unidad y sintonía describían nuestra relación. El 3 de septiembre salimos hacía Agra donde, tras un merecido madrugón, conocimos el famoso Taj Mahal: su espectacular fachada de mármol blanco nos enamoró al instante. Pero Agra no sólo es famosa por este sensacional mausoleo, también dedicamos tiempo al fuerte de la ciudad situado a orillas del río Yamuna y uno de los centros de acogida de la Madre Teresa de Calcuta, donde descubrimos el verdadero sentido de las palabras bondad, entrega y servicio a los demás.
Tras realizar un trayecto en tren llegamos a Jhansi, para después desplazarnos por carretera hasta Orcha, ciudad conocida por su arte y esplendor de sus templos construidos entre los siglos XVI y XVII. Fue como regresar al pasado, como si el tiempo se hubiera detenido hace siglos….
Antes de continuar nuestro viaje hacia Varanasi, nos adentramos en el Parque Natural Panna Tiger Reserve en el que pudimos disfrutar de unas magníficas vistas de las cataratas Khajuraho Ranehfall, en un entorno natural que nos recordaba al Gran Cañon del Colorado en miniatura. No fue posible visitar la reserva natural de tigres por estar en el monzón, pero nos prometimos regresar algún día para conocerla. Nuestra aventura continúo en Varanasi, la ciudad con el rio sagrado con el que todo hindú sueña con ir alguna vez…. Lo más destacable, el templo Bharat Mata y el río Ganges, donde presenciamos la ceremonia "Aarti", así como los baños rituales y los lugares de cremación: ésta, fue sin duda, una de las experiencias más impactantes de todo el viaje.
Para finalizar, nuestra última parada fue Sarnath, la ciudad budista sepultada, donde visitamos el lugar donde Buddha dio su primer sermón.
En el viaje de regreso a Madrid ya comenzamos a echar de menos India. De todo el viaje, nos quedamos, sin duda, con la esencia de un país desconocido que nos ha despertado nuevos valores, donde cobran nueva vida los sentidos y nos ha regalado una gran amistad entre los miembros del grupo.
Texto y fotos: Editorial Viajeros
A pesar de su reducido tamaño, Sri Lanka ofrece una pasmosa variedad de paisajes y tesoros insospechados.: Ciudades metidas en la jungla, montañas alfombradas de campos de té, selvas donde reinan los elefantes y playas bañadas por el océano índico.