Cuba, esta vez sede del Campeonato Mundial de la Asociación Internacional de Bartenders (IBA), refrendó su prestigio en el desarrollo de una de las profesiones más universales del planeta.
La tradición y cultura de la coctelería cubana es uno de los atractivos de viaje a la isla caribeña, entre sus múltiples y sugerentes ofertas.
Así lo confirmó la recién concluida 69 edición del Campeonato Mundial de Coctelería (IBA 2022) que reunió en el balneario de Varadero a más de mil seguidores, entre competidores y amantes de la especialidad que suelen llamar el arte de los bares.
Lograr que Cuba fuera la sede de este evento no fue al azar ni por magia, sino en reconocimiento a la extensa, y muchas veces desconocida, historia de famosos bares y encumbrados cócteles que han recorrido las más inimaginables cantinas del orbe.
La geografía literaria y cinematográfica de Cuba se puede dibujar con el mapa de sus bares y con un nombre que ha quedado grabado para siempre en el célebre Bar El Floridita: Ernest Hemingway.
El alcohol contribuye a la identidad de esta Isla y ocupa un lugar prominente en el nacimiento de algunos de los cócteles más famosos, cuyos orígenes ahondan en la historia y la leyenda. Entre los reconocimientos que avalan la excelente reputación del país dentro de la IBA se encuentran el privilegio de tener un campeón mundial de coctelería, cinco panamericanos, tres Copas Presidente y otros premios internacionales. Además, posee una decena de cocteles clásicos que son famosos a escala global.
Cualquiera que haya pisado el suelo cubano sabe que el autor de El viejo y el mar supuestamente habría dormido, bebido y respirado en prácticamente todos los establecimientos del país, con un don de ubicuidad.
“Mi mojito en la Bodeguita y mi daiquiri en el Floridita”, es una especie de mantra con el que Hemingway anticipó las recomendaciones de Tripadvisor sobre dónde beber en el centro histórico de la Habana Vieja.
La coctelería en Cuba surge a finales del siglo XIX, pero no es hasta principios del siglo XX que alcanza su mayor esplendor. La ley seca en Estado Unidos y el arribo a Cuba de numerosos turistas por entonces hace que muchos empresarios muevan a Cuba brigadas de personal especializado.
El mojito y el daiquirí son los más conocidos de los auténticos cócteles nacidos en Cuba. Ellos deleitaron a célebres personajes de Hollywood.
El mojito se hace con una mezcla del ron cubano Havana Club Silver Dry, creado específicamente para coctelería, más agua con gas, azúcar, hielo, zumo de limón, y para coronarlo, una rama de hierbabuena.
El daiquirí requiere de un batido de los ingredientes: ron blanco, preferiblemente Havana Club Silver Dry, el zumo de un limón, dos cucharadas de azúcar blanco y hielo frappé.
El hotel Meliá Internacional Varadero, una majestuosa instalación situada en la mejor zona de playa de la península de Hicacos, acogió la mayor cita del orbe en esta especialidad.
El evento fue cuidadosamente organizado por la Asociación Internacional de Bartenders (IBA), junto con la Asociación de Cantineros de Cuba, y reunió a 63 competidores en estilo clásico y 32 en libre, provenientes de más de 60 naciones.
Se diseñó un singular programa, con talleres profesionales, cenas especializadas, galas, presentaciones de libros y productos, y además, visitas a sitios ligados a la tradición ronera de la mayor de las Antillas. Havana Club International fue la gran patrocinadora con todas sus marcas de las preparaciones y degustaciones de los afamados bartenders y de los asistentes al campeonato.
Una de las atracciones de este encuentro fue la elaboración del cóctel Adán y Eva más grande del mundo, en homenaje a la bebida creada por Sergio Serrano, único cubano ganador de uno de estos eventos de coctelería, en 2003.
La bebida gigante, de 250 litros, tuvo como ron base el Añejo Havana Club 7 Años, mezclado con Campari, licor de manzana verde y Vermú Blanco.
Cuba tiene como antecedente en la preparación de cócteles de gran formato, el Cuba Libre más grande del mundo, elaborado durante el Mitin Panamericano de Coctelería de 2018, realizado en La Habana.
También tiene un lugar cimero en la coctelería mundial, ganado desde la fundación de la asociación de cantineros, la más longeva del mundo, fundada en 1924.
La Asociación Internacional de Bartenders (IBA, por sus siglas en inglés) tiene un nuevo campeón: el sueco Andrew Watson. Mientras que Kapcer Smarz, de Polonia, fue proclamado como el nuevo campeón mundial del estilo flair (libre) y John Márquez, representante de Suiza y natural de la Habana Vieja, ganó el premio Flair del movimiento más difícil.
El Campeonato Mundial de Coctelería es la más importante cita de la IBA. Luego de la suspensión por dos años debido a la pandemia de Covid-19 vuelve con nuevos bríos. Esta edición rompió su esquema tradicional y se aplicaron nuevas reglas. El estilo Clásico ahora es de tres niveles: En el primero o ronda preliminar lidiaron todos los concursantes en cinco categorías diferentes: aperitivos, digestivos, largos, espumosos y, por vez primera, analcohólicos. A cada asociación nacional miembro le fue asignada una categoría de coctel de forma aleatoria.
Los tres primeros lugares de cada categoría de cocteles pasaron a la siguiente ronda semifinal, o Nivel II de competencias, en la cual los bartenders debieron enfrentar tres desafíos: una prueba de cata, una de velocidad y una de conocimientos, con la elaboración de tres cocteles de la carpeta de la IBA seleccionados al azar.
Los cuatro mejores resultados avanzaron al Nivel III o ronda Súper Final, donde se definió el ganador tras la presentación de un nuevo cóctel, con Havana Club como ron base obligatorio.
Giorgio Fadda, presidente de la Asociación Internacional de Bartenders (IBA por sus siglas en inglés), calificó el evento de exitoso y agradeció a Cuba por estas jornadas de lujo.
"Honor a quien honor merece" -reza un proverbio-. que bien vale recordar, cuando aún se alzan las copas, por las memorias de un encuentro que, además de concurso, fue un espacio de intercambio intercultural de firme unidad entre quienes defienden el arte de la coctelería con ética y sumo amor.
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