Si estás pensando en el próximo destino para una escapada tenemos lo que buscas: Cardiff. Sí, la capital de Gales está aquí al lado y es uno de esos sitios que parece tenerlo todo: castillo, museos, espacios verdes y edificios modernos donde disfrutar de un ambiente volcado en la creación y la cultura. Te dejamos 10 pistas para que le saques todo el partido.
Gales, la vida apacible en el countryside
De Cardiff a Hay-On-Wye o, lo que es lo mismo, de Caerdydd a Y Gelli Gandryll, pasando por Abergavenny (Y Fenni) y teniendo como guía la gastronomía. Esa es la propuesta que te permite descubrir pueblos, ciudades y parajes de nombre impronunciable pero de una belleza cautivadora...
Una jornada cualquiera en Gales empieza con un buen desayuno galés: panceta y huevos revueltos, salchicha, champiñones, judías, patatas, berberechos, laverbread (pastel de algas), pan y mantequilla. No hay duda de que con esto uno tiene suficiente energía para toda la mañana… ¡aunque mi intención es patear la ciudad, no acarrear piedras! Pero bueno, para eso también se necesitan calorías, así que ¡Welsh breakfast para el cuerpo! Y, ahora sí, a recorrer la capital.
Comienzo por el Bute Park, un enorme parque que mezcla espacios de jardines, con huertos y con bosques. Es uno de los lugares elegidos por la gente para correr, montar en bici, pasear o, simplemente, tumbarse en la hierba. En uno de sus costados, junto a Castle Street, hay un pequeño y delicioso salón de té llamado Pettigrew (es el nombre del jardinero que diseñó el parque) donde os recomiendo volver para tomar té, of course, y los populares Welsh cakes. Se hacen con harina, mantequilla, huevo, leche, pasas, canela, nuez moscada y azúcar. Están buenísimos y, aviso, crean adicción (receta en guía práctica).
A un paso de aquí están el castillo de Cardiff y el Museo Nacional de Gales, dos de los lugares que no hay que perderse. En Gales los museos son gratuitos, así que aprovecha, por ejemplo, para ver una de las mejores colecciones de arte impresionista y post impresionista de Europa, en la parte dedicada al Arte. Pero nuestro itinerario es más que nada gastronómico, y un recorrido de ese tipo pasa, sin duda, por las diferentes Cardiff’s Arcades: galerías cubiertas, conservadas desde la época victoriana, cada una dedicada a un tipo de producto. Castle Arcade, por ejemplo, con su pasarela de madera en rojo y blanco, alberga fantásticos cafés o tiendas de música, y Wyndham Arcade, pubs y restaurantes. Hay más: Morgan Arcade (donde está Spillers Records, considerada la tienda de discos más antigua del mundo), Duke Street Arcade, Dominions Arcade o Royal Arcade, la primera en construirse, en 1858. Y antes de abandonar la ciudad también hay que visitar Cardiff Bay, el barrio más nuevo y moderno, donde se concentra gran parte de la animación y la vida cultural, y donde podemos, por ejemplo, tomarnos una pinta de cerveza frente al mar. La local, por supuesto: Brain’s.
Hacia las Montañas Negras
El Parque Nacional de Brecon Beacons hace de límite natural entre el sur y el centro de Gales. Es un espacio enorme donde se suceden valles, montañas, ríos y bosques. Y en mitad de todo ese esplendor natural medio salvaje, uno encuentra alojamientos que son un destino en sí mismos, como el Gliffaes Country House Hotel o Llangoed Hall.
Para llegar hasta ellos y para disfrutar al máximo de esta comarca, lo mejor es contar con un coche (no te preocupes, incluso las carreteras más pequeñas o perdidas suelen estar en buen estado). Esos dos hoteles son referentes en cuanto a la cocina, pero el lugar clave es el pueblo de Abergavenny. Está en el condado de Monmouthshire y bien puede ser el ejemplo de la relación de los galeses con la gastronomía. Es verdad que en los últimos años el interés por la cocina y los productos gastronómicos ha calado hondo también por estos lares, pero la diferencia es que en Gales los alimentos son un estilo de vida, no una moda. De hecho siempre ha sido así. Y se ve en los numerosos mercados de todo tipo que se prodigan hasta en el más pequeño pueblo, y en la cantidad de festivales gastronómicos que tienen lugar durante todo el año.
El Abergavenny Food Festival está considerado uno de los mejores, y la verdad es que es un título muy bien merecido. Aquí la gente viene a mostrar y a degustar unos productos de gran sabor, producidos con gran respeto hacia la tierra y la historia del territorio, y elaborados y cocinados por gente sencilla, con verdadera pasión y talento. Este año se celebra el 20 y el 21 de septiembre, por si quieres ir a comprobarlo… Abergavenny es, además, la puerta de entrada a la zona de las Black Mountains, el área más oriental del Parque Nacional de Brecon Beacons, y el lugar perfecto para recorrer sin prisas con nuestro coche. Y digo sin prisas porque nos querremos parar a cada minuto para disfrutar de los rincones y paisajes que van apareciendo.
Yo he decidido llegar hasta Hay-On-Wye por el antiguo camino que atraviesa las montañas. En el itinerario, aparentemente perdidas entre valles con decenas de tonalidades de verdes, encontrareis, por ejemplo, la iglesia de Partrishow o la de St. Martin, de curioso pasado relacionado con peregrinaciones, y más curioso aspecto debido a la inestabilidad del suelo, que provoca que sus paredes abandonen con el paso del tiempo cualquier atisbo de perpendicularidad. Hacia el norte está el antiguo priorato de Llanthony, o mejor dicho, lo que queda de él. Sus restos todavía impresionan, pero si hay un lugar por aquí que de verdad deje a uno boquiabierto es el paso de Gospel. En las laderas coloreadas de las montañas por donde transcurre la carretera pacen ovejas y caballos, y el sol y la niebla se entretienen en crear paisajes cambiantes y efímeros ante los que, lo único que cabe hacer es mirar y mirar, en silencio… Estaría en ese lugar durante horas, pero tengo que llegar a Hay-On-Wye, el pueblo de los libros. No es un apodo caprichoso: aquí hay libros por todas partes. En los bares, en las tiendas, en el cine, en el castillo, en la calle y en las librerías que inundan esta pequeña ciudad colindante con Inglaterra. Tiene también su festival, el Hay Festival, que reúne durante diez días a los escritores y pensadores internacionales más relevantes. En 2014 tuvo lugar del 22 de mayo al 1 de junio y, desde luego, es otro de los lugares donde se debe acudir imperativamente. Sí, ya sé que estábamos hablando de gastronomía, pero los libros también se saborean y son el mejor alimento… para el espíritu.
Puedes tener este reportaje completo, y mucho más, en la edición PDF de Viajeros 172
Cardiff ofrece al viajero propuestas culturales, grandes eventos (como la final de la UEFA Champions League masculina y femenina), una rica gastronomía y excursiones cercanas para descubrir la naturaleza de Gales.